PANEL II. Transición energética y el rol del turismo como propuesta del gobierno central para remplazar el principal renglón de la economía regional.

Élber Gutiérrez Roa

Productor General de
El Espectador
MODERADOR

José Duarte García

Presidente Ejecutivo de
Cotelco Nacional
PANELISTA

Fredy Restrepo

Vicepresidente Ejecutivo de Confecámaras
PANELISTA

Edgar F. Castillo Monroy

Autoridad Técnica en Energía Centro de Innovación y Tecnología – ICP Ecopetrol
PANELISTA

Raúl Eduardo Lancheros

Director de Asuntos Sectoriales y de regulación ACOLGEN
PANELISTA

Luis Carlos Londoño Vargas

Director General del Instituto de
Turismo de Meta
PANELISTA

PREMISAS BÁSICAS.

  1. La transición energética es el proceso de cambio en la producción, distribución y consumo de energía de un país. Ayuda a enfrentar los desafíos generados por la crisis climática y ambiental al reducir la producción de gases de efecto invernadero.

  2. No es de cumplimento voluntario, pues hace parte de los compromisos asumidos por Colombia y los demás países del mundo durante el Acuerdo de París. En ese sentido, la transición energética hace parte de la estrategia E 2050 definida por Colombia en su compromiso para llegar a la carbono-neutralidad y contribuir a los esfuerzos internacionales para evitar un aumento de más de dos grados en la temperatura del planeta.

CONCLUSIONES:

  1. Estado del arte. Colombia produce petróleo, y el Meta es el departamento que más petróleo produce en el país; pero, Colombia no es un país petrolero, en tanto su producción es marginal en comparación con la producción total en el mundo. Produce 0, 7 millones de barriles, de un total de 100 millones. No es un país formador de precios.

  2. La transición energética como proceso implica pensar el cambio de modelo económico del país. No es un tema exclusivamente ambiental ni político. No se decreta, ni tampoco se resuelve con una ley, aunque implica unos desarrollos legales sobre los cuales aún no se sabe mucho en el país.

  3. Para hacer la transición energética y pensarla con el criterio integral que exige, es necesario el trabajo de los sectores gubernamentales y de los entes estatales en general, en articulación con el sector privado, las iniciativas ciudadanas y el sector social.

  4. El país presenta un retraso en el desarrollo de grandes proyectos energéticos y eso implica un riesgo que incluso puede llevar al racionamiento energético con la llegada del Fenómeno del Niño dentro de dos o tres años. No se trata de ser alarmistas, pero sí de atender las advertencias de los expertos. Hace apenas unas semanas muchas personas dudaban de las advertencias sobre racionamiento de agua en Bogotá y hasta se reían cuando los expertos citaban que São Paulo, Brasil, tuvo racionamiento el año pasado. Pensábamos que eso no pasaría en Colombia. Hoy, los bogotanos tienen cortes de agua durante 24 horas cada nueve días. La crisis climática y la de biodiversidad existen y tenemos que acometer acciones para adaptarnos y mitigar sus efectos.

  5. La idea de rebajar tarifas de energía ayuda a paliar los efectos socio económicos inmediatos, pero no ataca los problemas centrales, entre ellos, no resuelve el de la falta de oferta de energía.

  6. Más allá del petróleo: En materia de producción de energía Colombia tiene muchas opciones. La de hidroeléctricas es una de las más limpias y Colombia la usa muy bien, por lo cual no la puede desestimular.

  7. Colombia también tiene un potencial en búsqueda de energía off shore y el conocimiento para buscar esos desarrollos lo tiene Ecopetrol. Y se están revisando las opciones con el hidrógeno cuyo mayor consumidor también es Ecopetrol.

    Hay que fortalecer al país en materia de geotérmica, y nadie conoce el tema más que Ecopetrol. El componente térmico (calor) es mayor que el eléctrico, por lo cual es claro que nuestra transición no es eléctrica.

    La energía que Colombia exporta en carbón es mayor que la que explota con el crudo.

    La biomasa es otra oportunidad valiosa en Colombia, pero seguimos desperdiciando esa opción, que incluye, por ejemplo, producir energía a partir de las basuras. La energía solar fotovoltaica tiene un 22% de eficiencia, mientras que el factor de planta de energía de biomasa y el de geotérmica están por encima del 90%. Ahí están las oportunidades.

    Las ventajas geoestratégicas de ser un país tropical se pierden por falta de decisión política, y de estímulos a proyectos. Hacen falta adelantos de política pública y modernización de infraestructura.

    La electrificación del transporte ayuda, pero eleva el hueco fiscal por falta de recursos de impuestos de gasolina y solo representa el 3% de vehículos.

  8. La transición energética cuesta y no es claro cómo haremos para pagarla. Las empresas deben invertir en nuevas tecnologías para modernizar sus aparatos productivos. ¿Cómo se hará eso? ¿Quién pagará la fiesta? Otra pregunta clave y una de las que más interesa a los gremios y a las autoridades locales en departamentos como el Meta es si el turismo les compensará los ingresos de las regalías del petróleo. Y qué tienen que hacer para lograr esa explosión del turismo. Y en cuánto tiempo lo lograrán. Y cómo les ayudará el gobierno nacional. Y cuál es el marco regulatorio en el que se deben mover. Pero en esta ecuación también hay que tener en cuenta que el subsuelo es de todos. Y preguntarse qué pasó con las regalías. Las del carbón en La Guajira o las de petróleo en el Meta, Arauca y Casanare, por ejemplo. ¿Están siendo bien invertidas?

  9. En el caso del Meta, es cierto que ha habido un crecimiento de indicadores en temas de turismo, y que el potencial es enorme, pero para desarrollarlo el departamento debe superar problemas como la inseguridad, la falta de infraestructura turística y el mejoramiento de su conectividad (la vía al llano y el aeropuerto). Su caso es un efecto típico para los departamentos del país, que pretende, como mínimo, duplicar los casi 6 millones de turistas que recibe al año.

  10. Sin demeritar el impacto económico del sector, una cosa es elevar las cifras de ingresos por turismo y otra distinta es decir que con eso se remplazan los ingresos por energías fósiles. Si bien estos últimos vienen cayendo en el mundo, el crecimiento del sector turístico implica una enorme inversión pública y privada. ¿Cómo y cuándo se hará?

  11. El turismo debe ser ambientalmente responsable y eso significa respetar la capacidad de carga de los destinos y, una vez más, hacer obras para garantizar el acceso controlado y respetuoso del ambiente. Ignorar esto sería incurrir en la contradicción de promover el cambio de un modelo que contamina el medio ambiente para entrar en uno que también lo termina deteriorando.

  12. Los costos de no hacer nada. Hay muchas inquietudes respecto a la transición energética y el debate en torno a la misma debería encararse con más apertura conceptual y claridad política para que el país sepa hacia dónde va y busque soluciones a los desafíos de dicha meta. Es necesario que haya mayor articulación entre los empresarios y el gobierno central y que de parte de este último se tengan en cuenta los riesgos de una transición apresurada o que ignore las realidades de las industrias y la población. El país no puede seguir, por ejemplo, sin resolver los problemas de producción de energía, aplazando proyectos.


Relatoría elaborada por Élber Gutiérrez Roa.-
® Primer Foro Económico Gremial del Meta – CIM